sábado, 11 de agosto de 2012

Columna I

Estoy disgustado con mi vida y conmigo pero eso no me hace desgraciado.
Hank Moody


Esta idea surjió anoche mientras veía, junto con un tío bueno, el "piloto" de la -GRAN- serie Californication. En ella el agente del protagonista le pide que sea columnista en lo que parece ser una revista de y para mujeres. Lo quieren por la creación de esa lucha de géneros, la degradación que tiene sobre el hombre y la magnificencia sobre la mujer.
Se deduce que Hank tiene que escribir con ese humor ácido y esa pantomima unas palabras en "Hell-A Magazine", ante no saber qué coño escribir, le cuenta a su amigo un sueño que tuvo sobre una monja y una mamada. Y ahí surge esta idea.

La mente humana es sucia por naturaleza, pensamos en el sexo continuamente pero no hablamos sobre él. Pensamos en follarnos a toda pierna viviente y eso es algo que debería estar plasmado en algún lado. Todas las historias sobre hacerlo con su prima, con la abuela, con tu madre, con la madre de un amigo; los coños que te has comido, la vaginas que has penetrado. Todo. Pero un momento, ¿esto pretende escribirlo un gordo cabrón que ha follado con una mujer en su triste y corta vida, y hace más de tres años que no disfruta de el suculento manjar del caudal de los mejores fluidos vaginales? Si.

Este es el puto comienzo de las más depravadoras, excitantes, viciosas, eróticas, imposibles,  introvertidas, corrompidas, degeneradas, humillantes y, si, imaginarias (o no) historias de amor. Está el punto de vista del hombre, el de la mujer y el del hombre que piensa que todos los Hombres son gilipollas y todas las mujeres la causa de que Dios no mande a tomar por culo este ridículo mundo.

FUCK.

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